3.1. Hacia la construcción de un mito: de la lectura inglesa a los primeros biógrafos

Miguel de Cervantes se convierte en el siglo XVII en el modelo de escritor. Un escritor digno de ser imitado, que pone las bases de un nuevo modo de entender la novela, ese género que comienza en este momento su andadura victoriosa. Pero esta lectura, este nuevo camino no comenzará en tierras hispánicas sino en los territorios de Inglaterra. En Inglaterra se realiza la primera traducción del Quijote (1612). En Inglaterra comienzan los escritores a imitar a Cervantes y la sátira que ha ideado con su hidalgo manchego. En Inglaterra se imprime la primera de las biografías sobre Cervantes (1738). Un itinerario de glorificación que tendrá su camino abonado en las biografías cervantinas, en un movimiento romántico que culmina en la obra de Luis Astrana Marín en 1958.

3.1.1. Miguel de Cervantes y los escritores ingleses: un modelo digno de ser imitado

“Written in imitation of the manner of Cervantes”. Con estas palabras Henry Fielding destaca la estrecha dependencia de su novela Joseph Andrews con la manera de ficción ideada por Cervantes. Será en Inglaterra donde el modo de escribir cervantino se imponga sobre la fuerza avasalladora del personaje don Quijote, que es el que triunfa en el resto de Europa. Será desde Inglaterra que se reivindique a Cervantes como un maestro de la escritura.

3.1.2. Miguel de Cervantes y sus primeros biógrafos: la construcción de un personaje

Gregorio Mayáns y Siscar escribió en 1737 la primera de las biografías cervantinas, con un estudio de don Quijote, que se publica al año siguiente. Tan solo unas escasas páginas para dar cuenta de un hecho: la escasez de datos históricos y la abundancia de referencias literarias sobre Miguel de Cervantes. Sobre estos dos pilares se construyeron las primeras biografías cervantinas, todas ellas nacidas para encabezar las ediciones de lujo y canónicas del siglo XVIII del Quijote.

3.1.3. Miguel de Cervantes y la biografía romántica: la consolidación de un mito

En el siglo XIX, Martín Fernández Navarrete se empeñó en cambiar la relación entre fuentes documentales y referencias literarias y bien puede vanagloriarse en su biografía de 1819 que es la de un hombre diferente. Comienza aquí un modelo de biografía romántica, donde una determinada imagen del Miguel de Cervantes mito se irá imponiendo por encima de los datos, hasta llegar a la “vida heroica y ejemplar” de Luis Astrana Marín en el siglo XX. Una imagen más matizada, más científica, de la mano de los expertos biógrafos que se han acercado a su figura, es la que pueden leerse en las biografías escritas en los últimos años.